Fabian Passariello, representante de Proyecto AVE y coordinador de Proyecto Chururú aspira que este se convierta en un emblemático plan de reforestación en Táchira.

 

Proyecto Chururu P

 

 

En la actualidad el Proyecto Chururú es primordialmente un plan de reforestación, aunque nació hace más de 20 años en la zona de altos de Ayarí, hacia la zona sur de Táchira, con un propósito netamente comercial para sembrar “Teca” con fines de exportación de madera certificada ecológica.

La situación institucional y económica nacional hizo que este se suspendiera y en los actuales momentos se retoma, en una primera fase con una finalidad ecológica. La meta es sembrar árboles que ayuden a revertir el cambio climático, para la captación de CO2 y emisión de oxígeno.

Este proyecto lo impulsa el Proyecto AVE y su equipo de trabajo, constituido por el ingeniero forestal Leonardo Chávez, la bióloga María Eugenia Marcano, el agrónomo y ecólogo Eymar García, y Nicolás Castellano quien es el dueño de las tierras donde se desarrolla la primera etapa de la siembra; todo financiado por un grupo de empresarios alemanes quienes aportaron el capital semilla para iniciar el proyecto.

“La zona de Chururú y Ayarí, fue afectada por la indiscriminada acción del hombre, con el afán y desconocimiento de madereros locales, quienes no tenían un plan efectivo para recuperar la zona,  su riqueza forestal y la de los suelos”, dijo Passariello.

Una ventaja de la zona es que aún hay presencia de algunas especies de árboles nativos disponibles para el proyecto y  esto permite tener un banco genético vital para el proyecto. Esta finca tiene 170 hectáreas, de las cuales el propietario facilitó al proyecto 20, que son las más intervenidas, el restante es bosque secundario.

Una vez terminada esta primera fase de estas 20 hectáreas, la meta es hacer la expansión en las tierras de otras fincas que colindan con ella, para lograr establecer un eje o corredor forestal.

“Tenemos ya sembradas 2 mil plantas entre cedro, caoba, amarillón, pardillo blanco, cascarillo”, indicó Passariello.

 

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¿Qué significa “adopta un árbol”?

 

Es la posibilidad abierta y cercana que se ofrece a cualquier persona natural, para que participe en un plan de reforestación, que le permita involucrase en acciones ecológicas, de recuperación y sostenibilidad del planeta.

Además, bajo la figura de “adopta un árbol”, se puede impulsar en el corto plazo la entrada al mercado de las compensaciones de carbono a través de los llamados “bonos verdes”. 

Una persona natural puede adoptar desde 1 árbol hasta 100 unidades, en cambio una empresa o corporación puede participar financiar desde parcelas forestales hasta la creación de bosques.

En Táchira tiene este proyecto su asiento, aquí es el punto de partida de esta plantación; pero se impulsará fundamentalmente en Europa, específicamente en Luxemburgo, que es donde actualmente opera la Fundación Proyecto AVE. 

Con el certificado de adopción que adquieran quienes se integren a este proyecto, se enviará un informe anual de seguimiento, de crecimiento del árbol o parcela, georreferenciado, a nombre del propietario.

Participación de la UNET

Según Passariello la Universidad Nacional Experimental del Táchira juega un papel fundamental dentro del proyecto, pues desde su raíz está involucrada ya que en su mayoría los profesionales que integran y cooperan con este proyecto son egresados de la ilustre universidad.

“Adicionalmente, la universidad tiene instalaciones que nosotros podemos apoyar en este convenio ganar-ganar, donde la UNET nos provee de asesoría técnica y de la utilización e incorporación de algunas semillas”, añadió. Texto; Tathiana Ortiz/ Fotos: Rossana Ramìrez