Con su desempeño profesional, Víctor Manuel Galvis deja en alto el nombre de la UNET en el mundo

 Un destacado profesional de la ingeniería electrónica

En las aulas de la Universidad Nacional Experimental del Táchira se formó Víctor Manuel Galvis. Con su título de ingeniero electrónico inició la etapa profesional que lo ha llevado a recorrer diferentes países del mundo, ampliando conocimientos y experiencia.

Recientemente celebró su cumpleaños número treinta y seis; puede decir que ha cumplido muchas de las metas propuestas; pues este joven sancristobalense actualmente radicado en Portugal, forma parte de la corporación multinacional en telecomunicaciones Nokia, como ingeniero de optimización de redes 5G, donde destaca por su desempeño y responsabilidad.

“Soy una especie de ingeniero que optimiza, diseña, planea y construye las redes necesarias para que se puedan establecer las comunicaciones con los distintos dispositivos. Éste es un mundo similar al de la medicina, que requiere constante actualización, estudiar todo el tiempo”.

Música y tecnología

Víctor Manuel Galvis nació el 14 de mayo de 1985. De niño estudió música en la Orquesta Sinfónica Infantil y continuó hasta llegar a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Aprendió a tocar la flauta, pero después cambió al oboe.

“Para mí la música fue el mejor arte en el que pude participar y ser parte de una formación, una academia y una filosofía que cambió la vida de miles de jóvenes en el país. Me quedó la disciplina, me ayudó a crecer, madurar y a tener otro nivel de comprensión”.

Aún así al momento de escoger cuál camino seguir, no fue precisamente el de músico: “Me incliné por la ingeniería porque es la profesión de mi papá, él es profesor de la Unet; también muchos de mis amigos querían estudiar esta carrera”.

Recuerda que su acto de grado se efectuó el 9 de mayo de 2009. De su paso por esta casa de estudios no olvida el nivel de exigencia y la dificultad para adaptarse durante los primeros semestres.

“Para mí la Unet es la casa que vence las sombras, porque ahí recibí las herramientas, entrenamiento, disciplina, la forma de pensar y la estructura para poder desenvolverme en los distintos obstáculos y situaciones complejas en mi carrera”.

Incursión profesional

Una vez graduado, viajó a Caracas en busca de trabajo y fue reclutado por la empresa Movistar, la cual requería jóvenes dispuestos a aprender y a trabajar.

Allí formó parte del departamento para la solución de fallas de tecnologías móviles a lo largo de todo el país. En ese momento, trabajaban en la naciente red de 3G, la que él ya conocía pues durante sus pasantías en Petróleos de Venezuela, laboró en el área de telecomunicaciones.

“Fue un aprendizaje técnico y corporativo, con la oportunidad de desarrollarme en una estructura de trabajo con compañeros en la solución de problemas. Después pasé al departamento de desempeño en la red móvil; donde tuve un contacto de mayor nivel gerencial y de supervisores; así como más conocimiento sobre el comportamiento, manejo de la red y experiencias de usuarios”.

La situación económica, política y social venezolana lo motivó a buscar otras fronteras. “Era muy difícil adquirir divisas para comprar equipos y para ir en búsqueda de tecnologías de más alta generación; me dio temor de quedarme relegado en cuanto a avances en esta área, de ahí mi interés de ir tras otros retos”.

Viajó a Colombia, donde permaneció seis meses en Bogotá actualizando sus conocimientos, de allí se trasladó a Argentina para aplicar por un puesto de trabajo en la corporación Huawei. Fue admitido y permaneció ahí durante tres años.

“En ese proceso que cumplí en esta corporación conseguí lo que estaba buscando, y una de las cosas era tratar de estar a la vanguardia tecnológica en el mundo que me desempeño que son las redes móviles, lo encontré, porque en ese momento las tecnologías en prueba estaban instaladas en Europa y parte de Asia, Así que pude manejar las últimas generaciones”.

Su crecimiento profesional ni las oportunidades se detienen, y le abrieron las puertas en la compañía multinacional Ericsson, donde se encontró con el universo de las plataformas de acceso de la telefonía celular.

“Ahora estamos a la vanguardia tecnológica con la última generación la cual es 5G; para este momento se desarrolla la última generación, el 6G, que será una realidad a la vuelta de siete u ocho años”.

“El estilo de vida de las personas se está digitalizando y vamos hacia una nueva revolución, que es la digital. El mundo cambia por la forma en que transferimos los datos a una alta y eficiente velocidad impactando todos los aspectos; quien controle esas redes se convierte en un elemento neurálgico, inclusive de seguridad de Estado”.

Tiempo después aplicó para ingresar a un Centro de Soporte Global de Nokia en Portugal; realizó una serie de pruebas y entrevistas con los mejores resultados. El 27 de noviembre de 2019 voló de Buenos Aires a Lisboa y el 2 de enero ocupó el cargo de ingeniero de optimización de redes 5G.

“Por ser una corporación multinacional, el idioma oficial es el inglés. Pero como la mayoría del personal es portugués, estoy tomando un curso intensivo de este idioma para una mejor interacción con los colegas”.

A dos meses de su llegada a Portugal, inició la cuarentena a causa del covid-19, por lo que debió trabajar desde su apartamento; situación compleja para alguien que recién llegaba a un país desconocido.

En su campo laboral, ha desarrollado proyectos en Brasil e Inglaterra, en este último con la operadora British Telecom, BD. Explica que cuando hay una nueva tecnología, los operadores abren un espacio de pruebas y permiten a las diferentes empresas competir con sus productos y despliegues, es decir la transmisión al cliente de cómo interactúa su producto en la red del operador, cómo beneficia a los clientes finales, cuáles son las mejoras, y cómo repercutirá a corto, mediano y largo plazo.

“Éste es un tema netamente técnico, pues al lado de cada operador hay un grupo de jueces para escoger la mejor opción de acuerdo a las necesidades. Esa fue una de las grandes oportunidades que vi materializada, porque estábamos en un equipo de alta vanguardia y logramos que una operadora tan exigente como BD, otorgara una concesión para un proyecto de 5G”.

Para Víctor Manuel Galvis fue una gran motivación formar parte de un equipo consolidado con profesionales de diferentes nacionalidades y solo dos venezolanos. “Esto nos permite estar catalogados dentro de la empresa con un alto nivel y representándola ante un cliente muy importante”.

Su trabajo implicó jornadas de diez y doce horas diarias, pero con excelentes resultados: “Fue un gran reto, pudimos dar pasos fundamentales, también dentro de la estructura integral de la corporación, porque ese equipo del que formo parte, fue punta de lanza del proyecto, obtuvimos un avance importante al ganar; una noticia internacional por su trascendencia y por la confianza que implica para operadores de otros países europeos”.

En Dinamarca tienen actualmente un proceso de competencia, allí fue requerido para asesorar a los ingenieros daneses en el desarrollo del proyecto; por la pandemia no pudo viajar hasta ese país, pero lo hizo de manera remota.

“Después de canalizar la estrategia, empezamos con las implementaciones y cubrimos casi todo el territorio. A raíz de conversaciones con el equipo local, fuimos a una primera fase, se cumplieron todos los objetivos y obtuvimos la confianza con el cliente. Pasamos a la segunda fase y nos expandimos hacia el norte y sur de Dinamarca. Así sucesivamente, hasta optimizar en todos los niveles”.

Actualmente se encuentra en Bélgica, donde debió acudir a una nueva competencia, esta vez para conocer qué parte de una red determinada va a tener la corporación para la que trabaja. Su permanencia en esta nación será de un mes, mientras dura el proceso y después continuará a distancia, desde Portugal.

El próximo destino es Francia y sus provincias, y está previsto viajar allí en el mes de julio para continuar con el proceso de crecimiento y expansión.

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Orgullo y gentilicio

Con el transcurrir del tiempo, las responsabilidades de Víctor Manuel Galvis se triplicaron; su desempeño ha ganado la confianza de sus superiores y de ahí su incorporación a diversos proyectos.

“Las enseñanzas que recibí en la universidad por parte de mis profesores, las experiencias que viví, me enseñaron a tener una actitud de lucha, superación y me ayudaron a salir adelante, con estrategias y el estudio de concepto. Siempre recuerdo a un profesor que me dijo “el que maneja el concepto, maneja el mundo”, y es cierto; así lo he confirmado en la práctica”.

Considera que la cultura andina destaca en cualquier lugar del mundo, por su forma de actuar, tratar la gente, comunicarse y trabajar.

“Cada vez que me preguntan de dónde soy, mi respuesta es “de Venezuela, estado Táchira, San Cristóbal, porque me siento muy orgulloso de dónde vengo. Conocí muchas personas de otros estados venezolanos y de otros países, pero no cambio por nada mi gente de San Cristóbal, del Táchira”.

En cualquier lugar de Europa, siempre saca a relucir su nacionalidad, sobre todo, ser tachirense: “Es algo que me gusta decirle a la gente. Sea un portugués, un francés, un inglés. Gente cordial, un adjetivo calificativo que nos hemos ganado, amable, trabajadora, luchadora, de muy buenos principios y moral, seria y entregada a su familia y su trabajo”.

Sus planes, “continuar en esta gran revolución digital, que está impactando al mundo. Una de las cosas que pienso que hago en este trabajo por muy pequeño o grande que sea, es que contribuyo para que la humanidad esté más conectada; una conexión que acerca familiares, parejas, amigos, mejora negocios, trae ganancias a muchos países y ayuda a evolucionar a la humanidad”.

Víctor Manuel Galvis Angola, un joven que proyecta al Táchira en otros continentes y representa a los profesionales formados en las aulas de las universidades de este estado. Orgullo venezolano, porque el universo es el límite. /Norma Pérez M. /Fotos: cortesía.